La práctica de Yoga a través del sonido y la vibración.
Habitualmente y cuando no nos hemos acercado a la práctica o cuando lo hemos hecho de forma muy superficial, pensamos que Yoga es una práctica física y meditativa, sólo a través de la realización de posturas o la quietud y el silencio en caso de la meditación. Pero cuando comienzas a conocer la completud del Yoga, descubres un sinfín de prácticas de gran utilidad, que nos descubren cuan útil es nuestro vehículo corporal si sabemos usarlo para nuestro bienestar, salud, crecimiento y éxito.
Para esta entrada al blog, y como bajo mi punto de vista, catalogar el yoga de una forma u otra a partir de practicantes, maestros y escritores yóguicos resulta limitante, no daré detalle a cerca de los textos donde encontramos descrito el Nada Yoga o Yoga del sonido, pues no es sólo en la tradición yóguica donde esta practica está registrada desde tiempos ancestrales.
Haciéndonos conscientes, de que toda la creación, el universo y toda la existencia es luz vibrando a diferentes frecuencias, nos haremos conscientes también de que la vibración produce sonido. El Nada Yoga nos trae esta consciencia y toma de contacto con nuestra parte esencial: nuestra condición de elementales de luz, vibrando en diferentes frecuencias, generando sonido constante y una forma determinada.
Bien es sabido desde tiempos casi inmemoriales, que la música y la voz han sido parte de nuestra existencia, y que siempre han estado vinculados al bienestar y la unidad (en el caso de las reuniones sociales), el empoderamiento (podríamos poner el ejemplo de un grito de guerra), la curación (el llanto, la risa…), y la elevación del espíritu (cantos sagrados, oraciones).
Es dentro de este escenario que os estoy describiendo, donde vamos a encontrar la parte útil de la práctica de Nada Yoga, pero antes de dejaros algunas prácticas sencillas que podéis realizar por vosotros mismo, os hablaré de que es en origen Nada Yoga en la cultura y filosofías de la India.
Nada Yoga proviene del sonido primordial que dio origen a toda la creación, la primera vibración del basto vacío infinito de donde todo surge, la quietud de Brahma, el Pralaya, lo no manifiesto. Esta primera vibración o Nada Brahma es el primer movimiento vibratorio, que genera el primer sonido y que da origen a toda la creación que conocemos. Se dice que este primer sonido es el mantra “Om”.
Nada Yoga es entonces el canto de “Om” o cualquier otro mantra generador de una vibración concreta y por tanto de una manifestación concreta. También es Nada Yoga la escucha de mantras, que nos induce a vivenciar sensaciones y estados diferentes o convence a nuestra mente, a través del significado y la vibración de la palabra, de aquello que queremos o necesitamos manifestar.
Además: es parte de la práctica de Nada Yoga cualquier forma de musicoterapia, independientemente de instrumentos o técnicas de voz, desde lo más simple a lo más complejo. Desarrollándose así una completa ciencia de sanación a través del sonido.
Hay quién lo describe como una práctica de Raja Yoga o yoga meditativo o mental, y en cierto modo podemos entenderlo así en tanto en cuanto, concentramos nuestra mente; en un mantra, ya sea escuchado o cantado o el sonido de los instrumentos; para así aquietar el movimiento sin dirección de la mente, y crear silencio para que hable el espíritu. De esta forma, la mente puede ser dirigida por el ser espiritual. El Nada Yoga por tanto, también es concentración y meditación, entrenamiento efectivo de la mente para reinar sobre la misma, y ponerla a nuestro servicio.
La práctica más básica de Nada Yoga sería la escucha y concentración absoluta sobre lo escuchado (música o mantras), dejando ir cualquier pensamiento que surja en la mente, volviendo una y otra vez a la concentración sobre lo escuchado.
Existen multitud de mantras para trabajar aspectos concretos de nuestra vida y crecer y evolucionar con la práctica de Nada Yoga. Y en próximos posts, os hablaré de algunos de los que me ha sido útiles a lo largo de mi viaje como practicante de Yoga. Pero hoy os dejaré con esta práctica básica y la más elevada a la que se puede llegar a través Nada Yoga. Si cierras tus ojos y silencias tu mente, podrás comprobar que el silencio absoluto no existe, el sonido primordial vibra dentro y fuera de ti de forma constante. La práctica más elevada de Nada Yoga es poder aquietar la mente de tal forma, que podamos concentrar nuestra atención por mayor o menos tiempo en el sonido de la existencia misma.